Las dos joyas de oriente

Tuve el gusto de asistir el viernes a la inauguración de la exposición fotográfica "Facetas de dos joyas de Yucatán", realizada al mediodía en el salón de creadores Manuel Lizama de la Secretaría de la Cultura y las Artes de Yucatán (Secay), y sí fue un gusto porque extrañaba esos eventos.

Fui invitado con antelación por el maestro Nicolás Parra para cubrir dicho evento, incluso me ofrecieron ir con ellos pero como mi mamá iría también a Mérida, y entre otras cosas, asistiría al mismo evento, decidí acompañarla. Para no perder el tiempo, en el camino me tocó asistir a una jornada de salud en el jardín de niños "Augusto Cárdenas Pinelo" de Kimbilá, donde los niños participan en pláticas y dinámicas para el autocuidado de la salud. Es parte de un programa del DIF llamado Club Salud del Niño. Así tuve una nota para llevar.

De allí nos fuimos a Mérida y directo a la Secay, donde esperamos un rato para la inauguración. Las fotos de Izamal se habían expuesto en la galería del palacio municipal de la misma, pero ahora se fusionaron con otras fotos históricas de Valladolid, formando un interesante recorrido por -lo que yo afirmo sin pena- las dos ciudades más emblemáticas del estado.

Me agradó ver nuevamente a viejos amigos como Manuel May Tilán, director de Artes Visuales de la Secay y Aaron Rossette, de la misma área; también conocí personalmente a Enrique Martín Briceño de Patrimonio Cultural; me invitaron nuevamente a hacer video y ganas no me faltan, pero tiempo sí. Reconozco que en este tipo de eventos es donde me siento más cómodo, en todo aspecto; andar por allí fotografiendo, entrevistando, tomando notas, observando, etc y etc es sumamente exquisito en eventos culturales.

La exposición es muy interesante, sobre todo para los que vivimos en Izamal. Podemos ver la evolución de nuestra ciudad en dichas fotos. Retratan momentos  desconocidos de la historia como la visita del gral. Lázaro Cárdenas a Izamal; también muestra lugares que ya no existen, como el teatro México donde una vez cantó el mismísimo Pedro Infante y que ahora es parte del almacén "Río Blanco". Puede uno observar la transformación que ha vivido el convento franciscano: en esencia es el mismo pero con otra cara. No hay que olvidar las fotografías que retratan la cotidianidad de la gente. Soberbias imágenes.

Como siempre, el protocolo de las inauguraciones me hacen gracia, más cuando los dos alcaldes -de Izamal y Valladolid- tienen poca experiencia en ellos y llegan sin discurso preparado; los vi abrumados por los asistentes, pues no son el típico vulgo de los eventos políticos sino casi puros creadores e intelectuales. Ninguno de los dos quedó muy bien parado en su intervención pero le doy crédito al edil izamaleño por referirse a Izamal como "museo viviente"; realmente lo es.

La expo estará hasta el 13 de abril y no está de más darse una vuelta, ojalá la veas.

Nos vemos.