Diario de trabajo periodístico de Isidro Flota Encalada

martes, 28 de febrero de 2012

La misteriosa hacienda "Dziuché"

Casa principal
Estímulo de imaginería popular, Dziuché -del maya "pájaro de madera"- es una hacienda/comisaría situada a casi cinco kilómetros al norte del municipio de Hoctún.
Cuando trabajaba como supervisor de vigilancia para grupo Sisprovisa, pasaba casi todos los días por esta hacienda, principalmente a horas de madrugada. Obscura, misteriosa y extremadamente callada, los muros de la hacienda no se opacan con la erosión provocada por el tiempo y el olvido.
Hoy conocimos -fuimos Collí y yo- a don Lorenzo Quijano Villegas, quien ahora se encarga de vigilar lo que permanece de la hacienda. Descubrí que el empresario Jorge Trava Quintero es propietario de esta hacienda desde hace 10 años. El señor está ya muy entrado en años y con problemas de salud para visitarla regularmente. Don Lorenzo nos comentó que en una época la hacienda fue productora de fibra de henequén; desfibradora pujante y dinámica, capaz de sostener a 40 familias que formaban la población de esta comisaría hace más de tres décadas.
Don Lorenzo Quijano Villegas explica el proceso
del raspado de henequén.
"Aquí se hacía una fiesta cada 6 de enero, en honor a los Santos Reyes" comentó nostálgico don Lorenzo al señalarnos la explanada frente a la casa principal, que aún conserva una antigua máquina desfibradora con instalación eléctrica y motor de 10 bandas.

Recorrimos el lugar y nos explicaba el proceso de elaboración de fibra de henequén. Las pencas del agave circulaban por un armazón de madera hasta una máquina, donde el oro verde se transformaba en fibra de sosquil, mientras que el bagazo se vaciaba en contenedores de madera y una mula los arrastraba sobre las vías hasta el monte.
Vimos un monte donde se colocaba la fibra para secar; también nos mostró el lugar donde el patrón pagaba el jornal, su antigua caja fuerte y hasta el cuarto donde comía un pavo cada semana; ahora sólo son paredes con pintura descascarándose. Con cada palabra narrada por don Lorenzo, la vida regresaba a ese lugar, como fantasmas del pasado que se niegan el descanso eterno.
Dziuché no tiene servicio público de transporte, teléfono, tiendas y no vi depósitos de agua potable; sólo hay servicio de electricidad y pocas luces del alumbrado público funcionan. Los vecinos tienen que pedalear hasta Hoctún por una carretera llena de huecos para comprar o vender, ya que ahora los pocos habitantes se dedican al campo o la ganadería y su gobierno aún no se anima a construirles nueva carretera No hay escuelas y tampoco servicio médico.
Lugar de pago de jornales y comedor del patrón.
En la antigüedad también tuvo capilla.
 
Visitar Dziuché fue como estar en la frontera donde pasado y presente están en permanente conflicto, destruyéndose, pero haciéndose presente con silencioso estruendo.
"Ya casi nadie queda aquí, sólo cinco familias" concluye don Lorenzo, quien a sus 71 años se niega dejar el lugar que albergó sus mejores años, al que tanto debe y tanto ama.

Aquí comparto un video de un pequeño recorrido por el interior de la casa principal, grabado antes de esta visita:


Nos leemos.

3 comentarios:

  1. Al parecer en 2017 ya esta vendido este lugar segun una informacion de casualidad podrias corroborarla? Me gustaria ir a visitarlo de noche pero ns si aun dejen entrar

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

      Eliminar
    2. Qué tal. Hace mucho que no visito el lugar pero también hasta donde sé ya no pertenece a a don Jorge Trava, quien ya falleció por cierto. La carretera para ir está en muy buenas condiciones ahora y no creo que sea problema visitarla, pues no estaba cercada. Al menos que el dueño actual la haya cercado pero lo dudo mucho.
      Saludos.

      Eliminar